Desde mi buhardilla
viernes, 24 de agosto de 2012
En el desván
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En el desván,
Sergio y Estíbaliz,
Volverás
viernes, 3 de febrero de 2012
jueves, 2 de febrero de 2012
Músicas del mundo
Nací en Palestina
lunes, 30 de enero de 2012
Dice
Ignacio Ramonet:
“La Unión Europea es el último territorio
en el mundo en el que la brutalidad del capitalismo es ponderada por políticas
de protección social. Eso que llamamos Estado de bienestar. Los mercados ya no
lo toleran y lo quieren demoler. Ésa es la misión estratégica de los
tecnócratas que acceden a las riendas del gobierno merced a una nueva forma de
toma de poder: el golpe de estado financiero, presentado además como compatible
con la democracia.
Es poco probable que los tecnócratas de
esta “era post-política” consigan resolver la crisis (si su solución fuese
técnica, ya se habría resuelto). ¿Qué pasará cuando los ciudadanos europeos
constaten que sus sacrificios son vanos y que la recesión se prolonga? ¿Cómo se
mantendrá el orden en la economía, en la mente y en las calles? ¿Se establecerá
una triple alianza entre el poder económico, el poder mediático y el poder
militar? ¿Se convertirán las democracias europeas en “democracias
autoritarias”?”(Christian Felber)
miércoles, 25 de enero de 2012
Tiempos raros los que
nos han tocado vivir… ¡la economía no está al servicio de las personas, sino las
personas al servicio de la economía!
Aviso a navegantes y críticos del sistema: “El secuestro de la economía en las cátedras, en las agencias de
calificación, en los bancos, en los centros oficiales, la convierten en uno de
los instrumentos más perfectos para perpetuar un sistema injusto y desigual”.
Hay que desconfiar de todos aquellos que se expresen en términos ininteligibles, porque la mayoría de las veces pretenden hacer pasar intereses particulares y de clase como verdades científicas, ocultando la carga ideológica que tiene cualquier opción o respuesta económica.
¿Seguirán
intentándonos convencer de la existencia de una sola política económica, al
margen de cualquier ideología y planteamiento político?
La lluvia y más cosas del alma según el Quinto parpadeo
La lluvia y más cosas del alma.
Cosillas del alma que hacen llover,
la esperanza, el saber creer en ti,
y lo he podido ver,
la verdad del buen querer.
Pero que nunca jamás pare de llover...
Lluvia de julio, parece que va a caer el cielo sobre el gris asfalto,
huele a tierra mojada, azul del mar, de espuma se vuelve la ciudad.
Parece que va a caer, noche mojada, unas risas, recogemos y aquí no ha pasao nada,
parece que va a caer, noche mojada, al calor, al calor se seca la colada.
Lluvia de invierno, tú no me dejabas ver el cielo,
hielo entre aguaceros, ahora, al calor del fuego, luz y color,
un trueno nos anuncia el chaparrón.
Parece que va a caer, noche mojada, al calor, al calor se seca la colada.
Y siento, que el agüita en la plaza ha parao el tiempo,
y pienso, que ya no puede pasar ni un minuto más,
Y siento, que el agüita en la plaza ha parao el tiempo,
el tiempo que yo me invento cuando la luz de farolas me esconde la verdad.
Lluvia, lluvia, cae fresquita, sobre los charcos de los hielos derretidos va,
¡agüita, agüita! de esa no, de la que pega pero no pica,
apunta alto, al corazón, no a la cabeza,
que de uniforme no me vas a echar de aquí,
que si hoy me voy mañana vuelvo con más fuerza,
que las paredes me guardan el eco,
ten cuidao y si disparas apunta alto al corazón, no a la cabeza,
con más de 2 y 3 palabras me hablas alto
al corazón, no a la cabeza, apunta alto al corazón,
Cuando las cosas del alma se traducen en un verso,
y los hombres utilizan el lenguaje como medio
se recupera la esencia de los antiguos misterios,
y se airean las razones de los ingenuos secretos.
Cuando las cosas del alma rompen con el silencio,
y el hombre se hace más hombre al arañarse por dentro,
su mundo se descompone para crearse de nuevo,
y se comparte la vida y se contagian los sueños.
Y cuando las cosas del alma no se toman tan en serio,
y los mundos se reducen a cuestiones de dinero
¡la vida pierde el sentío, y pierde los argumentos!
los hombres empequeñecen y se sienten como los cerdos
Cosillas del alma que hacen llover,
la esperanza, el saber creer en ti,
y lo he podido ver,
la verdad del buen querer.
Pero que nunca jamás pare de llover...
Lluvia de julio, parece que va a caer el cielo sobre el gris asfalto,
huele a tierra mojada, azul del mar, de espuma se vuelve la ciudad.
Parece que va a caer, noche mojada, unas risas, recogemos y aquí no ha pasao nada,
parece que va a caer, noche mojada, al calor, al calor se seca la colada.
Lluvia de invierno, tú no me dejabas ver el cielo,
hielo entre aguaceros, ahora, al calor del fuego, luz y color,
un trueno nos anuncia el chaparrón.
Parece que va a caer, noche mojada, al calor, al calor se seca la colada.
Y siento, que el agüita en la plaza ha parao el tiempo,
y pienso, que ya no puede pasar ni un minuto más,
Y siento, que el agüita en la plaza ha parao el tiempo,
el tiempo que yo me invento cuando la luz de farolas me esconde la verdad.
Lluvia, lluvia, cae fresquita, sobre los charcos de los hielos derretidos va,
¡agüita, agüita! de esa no, de la que pega pero no pica,
apunta alto, al corazón, no a la cabeza,
que de uniforme no me vas a echar de aquí,
que si hoy me voy mañana vuelvo con más fuerza,
que las paredes me guardan el eco,
ten cuidao y si disparas apunta alto al corazón, no a la cabeza,
con más de 2 y 3 palabras me hablas alto
al corazón, no a la cabeza, apunta alto al corazón,
Cuando las cosas del alma se traducen en un verso,
y los hombres utilizan el lenguaje como medio
se recupera la esencia de los antiguos misterios,
y se airean las razones de los ingenuos secretos.
Cuando las cosas del alma rompen con el silencio,
y el hombre se hace más hombre al arañarse por dentro,
su mundo se descompone para crearse de nuevo,
y se comparte la vida y se contagian los sueños.
Y cuando las cosas del alma no se toman tan en serio,
y los mundos se reducen a cuestiones de dinero
¡la vida pierde el sentío, y pierde los argumentos!
los hombres empequeñecen y se sienten como los cerdos
Orrorin Tugenensis
Hace
diez millones de años. Un mono extraño está a punto de nacer, algo distinto a los demás. Sus
padres viven en los árboles, duermen en las ramas por miedo a los predadores
que merodean por el suelo. Pero él no, él no vivirá como ellos. Dejará los
árboles y se levantará sobre sus patas traseras. Su audacia le empuja a
explorar el mundo de abajo. Tiene que descubrir otra forma de vida. Llega el
primer prehumano y va a cambiar la faz de la tierra.
Los
simios de la sabana se encuentran en peligro de extinción. Los distintos clanes
diseminados se reparten los pocos árboles que quedan y se aferran con
desesperación a los últimos recursos de la vida arborícola. Pero la vida en los
árboles es una trampa: se pasa hambre. Hay que bajar o morir. El primero de los
nuestros nacerá en estas difíciles condiciones. Sus padres no tienen con qué
alimentarle. La sabana se abre hasta el infinito llena de peligros. El primero
tiene miedo. Podría renunciar, pero le posee un extraordinario instinto de
supervivencia. Ninguno de sus antepasados lo había hecho antes. Correrá un
enorme riesgo. Su desgracia le empujará a hacer un descubrimiento prodigioso.
El primero mide 1´30 y a cuatro patas sobre la sabana no sabe dónde va. Tiene que
levantarse sobre sus patas traseras y entonces ve, puede ver, puede observar.
Pero si quiere desplazarse, vuelta a empezar. Su posición le impide ver.
Entonces tiene una segunda intuición: avanzará, pero de pie el mayor tiempo
posible.
Ya está, ya está: ya es bípedo. No es una actitud
natural para un simio, pero funciona. Ahora ya no es un mono. Se llamará
Orrorin. Los primero pasos le dan seguridad; quizás hasta sienta el placer de
la novedad. Desde ahí arriba, Orrorin se siente más grande, más fuerte, y puede
ver a los suyos desde lejos. Empieza la larga marcha. Orrorin confía en su
intuición. Tiene que encontrar comida y un nuevo refugio, pero pronto aparece
el cansancio. Se le cargan las piernas; con esta forma de andar le duelen los
músculos de la espalda. Tiene que pararse con frecuencia para recuperar
fuerzas. Inevitablemente, unos colmillos afilados están al acecho, listos para
devorar a cualquier ser débil o aislado. Serán nuestra peor pesadilla durante
todo el camino. En estos tiempos salvajes la vida pende de un hilo. Nadie sabe
realmente cómo defenderse de los predadores; cada uno se salva como puede. La
familia de Orrorin perderá a muchos en el camino, durante el día y también
durante la noche. Pero no importa: mientras sean lo bastante numerosos como
para reproducirse, la especie continuará. (La
Odisea de la especie)
http://www.youtube.com/watch?v=FeB66mhb0cM
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